LA TECNOLOGÍA TRAS LOS PASOS DE LA ELECTRICIDAD.

"El sector informático impulsa un modelo para que las empresas accedan a la tecnología por la Red y paguen por lo que consumen como si fuera la luz o el agua..."
Por Marimar Jiménez (www.cincodias.com)

Al igual que los años noventa fueron los de las redes, este decenio será el de compartir procesos', dijo Juan Antonio Zufiria, director general de IBM Global Services, durante un foro celebrado esta semana en Madrid acerca de la aplicación de las nuevas tecnologías a los negocios. En el acto, en el que participó también la ministra de Ciencia y Tecnología Anna Birulés, el directivo explicó la importancia que tiene la externalización de los procesos de información, ya que incluso para las empresas mejor gestionadas supone acceder a la economía de escala que le ofrece el socio tecnológico con el que emprende el proceso, lo que se traduce, señaló, en ahorros de costes del 20%.

Sin decirlo, Zufiria estaba tratando de convencer a los oyentes de la importancia de un nuevo modelo de contratación tecnológica que la industria informática empieza a impulsar basado en el pago por uso. El pasado 24 de enero IBM lanzó una campaña publicitaria valorada en 29,64 millones de euros y cuyo objetivo es posicionar los servicios tecnológicos como un servicio básico más. 'Las empresas accederán a los recursos que necesiten a través de la Red, pagando sólo en función de los servicios consumidos, del mismo modo que se hace con el agua, la electricidad o el teléfono', señala Manuel Corral, responsable de los servicios de outsourcing de IBM España y Portugal.

Bajo este modelo, los clientes que contraten servicios de almacenamiento, por ejemplo, pagarán por cada gygabyte consumido, recibiendo estos servicios a través de la Red, sin tener que invertir en infraestructura. Entre las ventajas de esta fórmula, a la que se están apuntando empresas como Compaq, Hewlett-Packard, IBM, Accenture, PricewaterhouseCoopers, EDS y otras, destacan el ahorro de costes y la reducción en el tiempo de implantación de nuevas tecnologías. Por ejemplo, el anuncio del gigante azul menciona que es posible montar un sistema de gestión de compras digital que funciona sobre la plataforma tecnológica Ariba en un mes, frente a los 6 o 12 meses que le costaría internamente a una empresa.

Además, opina Corral, con el nuevo modelo las empresas pueden probar tecnologías con un riesgo mínimo puesto que no tienen que hacer una inversión inicial. 'La empresa cliente cede su riesgo a las empresas proveedoras', dice Jaime García Cantero, analista de IDC, quien advierte no obstante que el concepto que lanza IBM bajo el nombre de e-business bajo demanda no es revolucionario. 'Es un modelo de negocio que trata de aprovechar las ventajas de la subcontratación tradicional, la personalización, y la de los proveedores de servicios de aplicaciones (ASP) que alquilan soluciones a través de la Red, las economías de escala'.

Según este experto, no cabe duda de que la externalización de la tecnología y los procesos de negocio es la tendencia actual. Es algo que pocos analistas discuten. 'No sólo por recortar costes, la razón clásica, sino sobre porque las empresas son conscientes de que no pueden seguir el ritmo de evolución de las tecnologías y que si quieren competir deberán acudir a alguien externo que entienda de ello'. Las previsiones son impactantes. Según la consultora IDC, el mercado de la externalización de la tecnología y los procesos de negocio (formación, recursos humanos o gestión de compras) tendrá en el 2004 un valor de 55.000 millones de dólares.

Corral explica que efectivamente el uso de la tecnología bajo demanda es una modalidad de subcontratación tradicional, pero hay diferencias: 'Aquí lo que se externalizan son los servicios más susceptibles de empaquetar en una oferta estándar, que requieren un menor grado de personalización y se suministran bajo un modelo de pago por uso'. Con este modelo, dice García Cantero, las empresas acceden a recursos compartidos por diferentes compañías que utilizan simultáneamente la misma arquitectura, sin que el cliente necesite saber con detalle sobre qué plataforma o aplicaciones se están ofreciendo estos servicios'.

La flexibilidad es otra característica de la contratación bajo demanda, ya que se puede incrementar o reducir el consumo dinámicamente para adaptarse a sus necesidades, señala José Antonio de Paz, director de la unidad de negocio de empresa de Compaq en España.

Esta empresa lleva meses ofreciendo algunas soluciones tecnológicas bajo demanda: almacenamiento, ordenadores portátiles, servidores... De Paz señala que, por ejemplo, en almacenamiento lo que hacen con sus clientes es establecer una solución a medida basada en la planificación de almacenamiento de la empresa para los próximos tres años. 'Ponemos la infraestructura (el máximo de capacidad) en casa del cliente, pero éste sólo paga por lo que usa hoy'. El directivo ve una ventaja: si el cliente adquiriera la tecnología de forma tradicional, tendría que hacer la inversión de golpe e independientemente de si después le va bien o mal el negocio. Con la nueva fórmula, siempre pagas por lo que utilizas con una cuota mensual y lo vas ajustando a la evolución positiva o negativa de tu negocio. El cliente se blinda a una posible subida de precio de la tecnología y convierte el inmovilizado en gasto y eso es más soportable para las empresas', advierte.

Un modelo de cobro más complejo


El modelo de adquirir tecnología bajo demanda es nuevo y, por tanto, poco maduro, según los expertos. Los retos para que la fórmula se consolide son básicamente tres: el cultural (que los clientes lo acepten), la ampliación de la oferta (aún limitada) y el cambio de gestión en el negocio de las empresas proveedoras, ya que el sistema de tarificación es completamente distinto al actual. Manuel Corral, de IBM, reconoce que los procesos de facturación cambian radicalmente. 'A partir de ahora nos pareceremos más a los modelos que tienen las compañías eléctricas o a las teleoperadoras'. Aunque ya hay herramientas que permiten esta evolución, tienen que mejorar y hacerse más estándares. Jaime García Cantero, de IDC, subraya esta idea. 'El modelo de cobro es mucho más complejo, porque el precio no es el mismo para todos los clientes y no sólo eso, sino que cada día ese precio puede ser distinto en función del uso que hagan'. Siguiendo con el símil de las compañías eléctricas, García Cantero explica que el problema no está sólo en el tema de precios, sino en el de predecir la demanda y que no ocurra lo mismo que con las caídas eléctricas que tanta polémica han ocasionado en California. 'Las empresas proveedoras tendrán que saber cuánto servicio van a tener que ofrecer al día siguiente', dice este analista. 'Empresas como IBM, EDS o Compaq tendrán que tener una estrategia definida para responder a sus clientes, porque si están vendiendo tecnología bajo demanda no podrán decir que no están listos'. García Cantero está convencido de que este riesgo tecnológico que asumen las empresas proveedoras se tendrá en cuenta en la política de precios del servicio. 'No creo que vaya a ser barato para los clientes', dice. 'Será bastante más eficiente y permitirá acotar los riesgos de inversión, pero de ahí a que sea barato hay un trecho'.

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